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GILDA

Nunca habrá una mujer como ella

 

 

 

 

 

 

La acción tiene lugar en Buenos Aires. Narra la tomentosa relación de amor entre Johnny Farrell y Gilda. Después de haber sido amantes, Johnny abandona a Gilda para seguir su vida de jugador tramposo en el submundo de Buenos Aires. Un extraño, turbio, acaudalado y ambiguo personaje, Ballin Mundson (George Macready), le salva la vida y le convierte en su brazo derecho. La relación entre los dos se ve alterada cuando Ballin, después de un breve viaje, regresa casado. La película narra las relaciones tempestuosas que se establecen entre Gilda y Johnny, a raíz de su imprevisto reencuentro. Éstas se enmarcan en un Casino ilegal de juegos, la llegada de criminales de guerra nazis, la participación de Ballin en negocios tenebrosos, la sucesión de asesinatos, suicidios, muertes y desapariciones. Sobresale la belleza de Rita Hayworth, que asocia hermosura y perfidia, elegancia y maldad, en un duelo de poder a poder con su antiguo amante. Gilda encarna la figura de la mujer que no se resigna: lucha con furor, rabia y fuerza, hasta el escándalo, contra el hombre que la ha herido y quiere someterla. La batalla de géneros se erige en clave del relato y en la base de su interés y grandeza. La secuencia que inicia quitándose sensualmente los guantes y arrancándose después el collar, no es un acto de sometimiento, sino un soberbio grito de guerra. La música aporta dos versiones de una canción original "Put Blame On Mame" y una canción de la época "Amado mío". Inserta fragmentos orquestales de factura vanguardista. La fotografía, de Rudolph Maté, exalta la belleza de la protagonista con primerísimos planos e iluminación que recuerdan los que William H. Daniels dedicó a Greta Garbo. Es magnífico el movimiento de la cámara, que hace uso de recursos novedosos y efectistas, como el encuadre desde el suelo en la escena inicial y de una sobresaliente iluminación. El guión incluye diálogos breves y rápidos, llenos de ambigüedades, sugerencias y matices. Pese a que la filmación incluyó improvisaciones y algunos añadidos finales, como la canción "Amado mío", la hilación argumental es excelente, el espectador se siente estremecido; cuando entiende que la afirmación no es una definición, sino una provocación...nos hiela el alma. La relación homosexual entre Ballin y Johnny se sugiere con extrema delicadeza, pero existe. La interpretación de los protagonistas y de los secundarios George Macready  y Steven Garay brillan a gran altura. El vestuario es excelente: el vestido de noche con guantes está inspirado en el retrato "Madame X", de John Singer Sargent. La dirección hace alarde de un virtuosismo, habilidad y versatilidad, pocas veces visto en los Films de aquellos años...GILDA, es sin duda una de las obras míticas del cine más renombradas. Contiene imágenes imprescindibles. No sólo es uno de los Films míticos de la Historia del Cine, sino una de las mejores películas, llega a fascinar su argumento y personajes, en un conjunto que desprende una fuerza muy pocas veces vista. El cinéfilo tiene en "Gilda" uno de sus blancos mitomaníacos predilectos y más ricos: desde las dos legendarias canciones interpretadas hasta ese inigualable strip-tease en el que la diva se desprende de un guante y Ford la da una bofetada, mezcla perfecta de pasión, deseos frustrados, celos y amor puro, que me recuerda siempre a Lana Turner en "El cartero siempre llama dos veces", un derechazo excitante, demoledor, de una sensualidad que a lo largo de toda la película es servido por Vidor con maestría, logrando Rita una memorable y soberbia interpretación. Le acompañan un Glenn Ford tan extraordinario como siempre y un George Macready insuperable como el marido "oficial" de la bellísima Hayworth, así como un elenco de actores secundarios. Es inevitable acordarse de "Casablanca" en cuanto al argumento: el bar aquí casino, la importancia de la música, el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial, la temática tratada... Pero GILDA es un melodrama imponente y redondo, construido magistralmente y que tiene unos diálogos tan ásperos, cínicos y geniales que la hacen ser pieza indispensable del cine negro. Estamos, ante un clásico que mejora con los años, un film íntegro, asombroso, turbio, que recrea una historia de amor, que la hacen ser una excitante obra maestra, intachable además por toda su variedad temática: la soledad, la amistad, la avaricia, el amor y la violencia.

 


Se establecerá una extraña relación a tres bandas en las que primará Gilda y Johnny, el odio como sentimiento opuesto, y por lo tanto próximo, al amor-pasión, expresado en una relación de raíces sadomasoquistas, y la ciega e inquebrantable lealtad de Johnny hacia su jefe, en la que se adivina una relación homosexual. El film forma parte por derecho propio de la galería de películas míticas, debido al hipnótico magnetismo de Rita Hayworth en pantalla, a quien le bastó aparecer enfundada en un vestido de satén negro y quitarse un guante, para marcar la educación sexual de toda una generación y elevarse a la categoría de diosa inmortal de la belleza y la sensualidad. La química desbordante entre ella y Glenn Ford, que alcanza su punto álgido en el momento en que Johnny abofetea a Gilda con la rabia del despecho y del deseo contenido, es otra de las razones de su mitificación, todo esto y la espléndida fotografía de Rudolph Maté, que supo hacer que la pantalla cobrara vida, cada vez que Gilda movía su radiante cabellera roja. Gilda marcaría toda la carrera de la infortunada Rita Hayworth, que resumiría perfectamente su fracaso personal al afirmar:

- " Mi desgracia es que los hombres se acuestan con Gilda y se levantan conmigo"-


Gilda es una bandera gigantesca del cine y una de las películas que hizo grande aquel maravilloso arte de los años 40. Charles Vidor hace una labor excelente. Siempre habrá quien diga que sin Rita Hayworth, Gilda no sería la mitad de lo que es y no le faltará razón, pero eso no debe empañar la perfecta dirección de Vidor, que hace del plano y contraplano el mayor de los referentes visuales de la película más allá de sus intérpretes. El seguimiento constante de la acción con la cámara pegada a ella introduce al espectador en esa fabulosa Argentina en la que se desarrolla la trama y, más concretamente, en ese casino "oculto" de leyes indiscretas. El guión, por su parte, tiene cosas buenas y malas. Ahí si que puede decirse que sin los actores del calibre de sus protagonistas, nada sería como es. La base tiene destellos de esa otra obra que es Casablanca, encontrándose dos personajes que ya se conocían de antes en un lugar insospechado, casi desconocido para gran parte del público norteamericano. A partir de ahí, Casablanca toma vida propia y Gilda recae todo en su pareja protagonista y en la forma que los marca Charles Vidor.

 

 

La película se estrenó hace 70 años, en Estados Unidos. Un año después llegaría a España... El 14 de febrero de 1946 tuvo lugar en Los Ángeles la premier “Gilda”, la película número 45 de la carrera de Rita Hayworth, y la vigésimo cuarta de la Charles Vidor, su director. Para Glenn Ford el oponente masculino era la décimo sexta de su carrera. Rita tenía entonces 28 años; Vidor 46; y Ford 30. Dicen la mayor parte de historiadores de esa época, que la película del cineasta de origen húngaro merece el calificativo de única y diferente en el denominado género de “cine negro”. Tal vez no se equivoquen, porque el catálogo de buenas y buenísimas películas policíacas anteriores y posteriores a “Gilda” es extenso, pero pocas quedan en nuestra memoria, por no decir ninguna, en el recordatorio de los aficionados al cine. Era una producción Columbia que mantuvo un reestreno continuado conforme se sucedían las décadas, y que a la llegada del vídeo vendió cientos de miles de copias. Como decía antes, por esas fechas, comenzaba su carrera comercial en las salas estadounidenses. A Europa llega a través del Reino Unido, donde se estrenó el 27 de mayo de 1946. Y a España un año y medio después, estrenándose a bombo y platillo, porque la publicidad que traía de fuera era provocadora y entusiasta, en el madrileño cine Callao el 23 de diciembre de 1947. Aunque, por lo tanto, aún falta ese año para que en nuestro país cumpla los 70 años de gloriosa vida, voy a aprovechar que se cumple la onomástica de su estreno en estas semanas, para contar la historia de “Gilda” en España, que no tiene desperdicio. Y todo “por culpa” de Margarita Carmen Cansino, nacida en Nueva York, de padres españoles. A corrido mucha tinta de distintos colores sobre ella y mas su personaje central:

 !! La película de Charles Vidor muestra la vida de una mujer encantadora, que vive un intenso drama de amor en el Buenos Aires fastuoso de los años cuarenta. Con él se sitúa, en el prostituido mundo de un casino de juego y en los ambientes delictivos del bajo mundo bonaerense, un hombre cabal enfrentado a la disyuntiva de serle fiel a un delincuente que le salvó la vida y que le ha puesto al frente del casino de su propiedad, y al amor que le tiene a su esposa !!.

La película es un drama romántico de amor y odio. Pasiones tempestuosas y almas atormentadas alrededor de un idilio inolvidable. Por la fuerza arrolladora de su tema, por las sugerencias de su música, por la arrebatadora melodía de sus canciones que le sirven de fondo sentimental y por el lujo deslumbrador del vestuario, “Gilda” es la película más seductora y fascinante de cuantas produjo " Columbia ". Es, además, la revelación de Rita Hayworth como actriz dramática. Maravillosa cuando canta y baila; deslumbrantemente bella con la risa en los labios o con lágrimas en los ojos. El tipo ideal de todas las mujeres elegantes y con el que sueñan los hombres. Y en la España del franquismo y su censura, también los españoles soñaban con Rita y la deseaban, como en cualquier parte del mundo. Charles Vidor quedó deslumbrado por Rita:

-"Es la criatura más sencilla, dulce y tierna que he conocido. Su mejor toma es, generalmente, la segunda, y algunas veces la tercera. Y si no lo ha hecho a la tercera, entonces la cosa se pone difícil y hay que dejarla descansar, porque es una mujer que de verdad se emociona y no conviene fatigarla, Me encontré con el problema de que Glenn Ford, que era su galán, es uno de esos actores que mejoran a medida que se van repitiendo las tomas. Tuve, pues, que encontrar una fórmula intermedia. La situación era muy molesta para Rita, porque su parte era muy pesada. Afortunadamente la encontré, y así la actriz pudo entregarse a un papel que tanto le iba a su físico. No tuve más que otra dificultad. Y fue en aquella escena en la que es abofeteada por Glenn. Pero la hizo, contrariando su naturaleza, tierna y gentil. Rita tiene una filosofía basada en la paciencia. Su teoría es que una cosa es la ambición y otra la violencia”-

 

 



A España llega en plenas navidades de 1947. Fecha sagrada para millones de personas. Y llega, aunque parezca mentira, sin apenas cortes. Prácticamente íntegra. ¿Os lo podéis imaginar? En la España de negro y vestidos largos... Pues sí. Y eso que, fuera de nuestras fronteras, ya se la llamaba la película del escándalo. Otra revista española de aquella época, Cinema, la despachaba diciendo que era una película “Realizada y producida con el único objetivo de proporcionar a la explosiva Rita continuas ocasiones para la exhibición de sus encantos”. No era la primera vez que eso ocurría, pero lo sorprendente en esta ocasión es que la censura franquista permitiese por las buenas y prácticamente sin cortes, aquellos hombros desnudos y todo el encanto erótico de la película”. Además, señalaba un periodista, Rita es una bailarina extraordinaria y el público aplaudió al final una de sus danzas. Rita estaba explosiva y ello suscitó la curiosidad del público. Pero también ayudó a ello la pastoral de un obispo contra la película, prohibiéndola por su cuenta para los católicos por considerarla “escandalosa”. Su autor fue el Obispo de Canarias, Antonio de Pilsain y Zapiáin, que la escribió tras ser estrenada en las Baleares. No tiene desperdicio:

-" Enterados con profundo dolor de nuestra alma, de que durante estos últimos días se ha venido proyectando en el Cine Cuyás de Las Palmas la película “Gilda”, gravemente escandalosa; ante las noticias que nos llegan de que existe el propósito de exhibirla en otros cines, tanto de pueblos como de la capital, velando por atajar el gravísimo mal espiritual que amenaza a muchas almas de nuestros ciudadanos, y en cumplimiento de uno de los más sagrados deberes de nuestro cargo pastoral, prohibimos dicha película “Gilda” y os amonestamos, amadísimos hijos, haciendo saber a los empresarios que no la pueden exhibir, y a los fieles que no podrán presenciarla sin gravar su conciencia con pecado mortal. Si alguno hubiera que se mostrara rebelde, sepan que habrán de dar cuenta de su conducta ante el Tribunal de Dios”-


Durante su rodaje, se produjo el divorcio entre Rita y Orson Welles, influyendo algo en la marcha de la película:

 “Un día, comento el director- llegó pálida al plató y supimos por la expresión que habían terminado, pero ello no impidió que Rita rodase el plano con la profundidad de siempre. La mayor dificultad la tuvo al filmar la escena de la bofetada.". 

El film hizo de Rita una de las diosas de Hollywood más populares de aquellos años, la Venus de inalcanzable belleza que poco después caía hechizada por un Príncipe: el todopoderoso Agha Khan. Con él se le pasaron las penas de Orson Welles. El público de entonces, que no podía aspirar a tenerla, se consoló viéndola en la pantalla, primero como Gilda, y después en La dama de Shanghai, Carmen, Salomé o La bella del Pacífico. Pero es a Gilda a quien recordaremos siempre, porque nos
encontramos con una bellísima Rita en plenitud de sus registros, muy criticados en Hollywood, pero que indudablemente han sido y serán la admiración de éste cinéfilo, Rita lo reúne todo, lo muestra y embelesa cada secuencia en donde participa, a eso yo le llamo traspasar batería, y ella lo hizo durante muchos años como nadie, creó una escuela, en GILDA nos encontramos con un personaje femenino de gran carácter, que hace y deshace a su antojo. Tiene lo que quiere en cada momento y no parece tener remordimientos ni mala conciencia. Personaje difícil de asimilar por parte del espectador, pues es una mujer que puede atraer a gran parte de la audiencia masculina por lo que se ve en pantalla pero al mismo tiempo ves lo que hace con los hombres, y eso te genera rechazo y distancia. Por eso el tratamiento de este personaje es modélico y parece que nadie puede con ella salvo una especie de justicia divina. Finalmente parece que obtiene su castigo y es entonces cuando nos rendimos a ella totalmente. Pero esto solo ocurre cuando vemos algo inalcanzable en un estado que podríamos calificar de horas bajas, es entonces cuando obtiene nuestro beneplácito y nuestra total empatía sin condiciones. Repito, es un tratamiento modélico a un personaje femenino, que Charles Vidor supo dar un gran brillo por encima del film.

 

 “Gilda” es una de esas reuniones mágicas que acontecen de tanto en tanto para destilar más allá del buen cine y crear leyenda, como ocurre con  “Lo que el viento se llevó”, "El Padrino", "Cleopatra" y tantas otras. Es un soplo único... se intentó repetir el éxito reuniendo al mismo equipo y apoyándolo con un mayor presupuesto en “La dama de Trinidad”, y la magia no apareció por ningún lado, aunque la Hayworth bailaba como los ángeles en la producción, GILDA está llena de secuencias y diálogos que se te clavan en la mente, es una de las mejores películas de cine negro, pese a ser la mayor estrella de la Columbia, la película se comenzó sin tener un guión acabado ni tampoco tener la menor idea a dónde irían a parar todos estos personajes en los que nada es lo que parece… sino muchísimo peor. Según iban rodando, iban creando nuevas secuencias, algunos de los diálogos se añadieron en doblaje, incluso los famosos números musicales de “Put the Blame on Mame” y “Amado mío” se realizaron al finalizar el rodaje. No importa que no supiera cantar. Nadie se movía como ella, nadie podía interpretar un personaje como este. Cuando dice en un diálogo memorable que si “fuera un rancho, se llamaría Tierra de Nadie”, quedas sobrecogido. El lucimiento que realiza en cada secuencia es espectacular. No es sólo belleza, porque nunca hubo otra como ella, es la fuerza y la vulnerabilidad a un tiempo. El maravilloso número en el que ella se venga de Johnny interpretando en el casino el tórrido “strip-tease” pasa con justicia a la historia del cine. Recuerdo que la primera vez que la vi era muy joven y aún cuando vuelvo a verla, me lleno de una inspiración y una magia cómo sólo el Hollywood clásico podía ejercer sobre mi persona.
 


Todavía recuerdo su cadera, soltándose el pelo de aquella forma tan provocativa, sugerente y perturbadora, abofeteando a quien intentara humillarla, o a quien intentase utilizarla. Era mi ídolo, una especie de musa cinematográfica, al igual que Marilyn, y como hice con ella ví todas sus películas y en todas parte de mí quedaba las imágenes de aquellos cines de programa doble..." Nunca hubo una mujer como Gilda solían decir.".. El mito la elevó y acabó crucificándola, como tantas veces pasa en el séptimo arte. Todos queríamos ver a Gilda en sus películas, todos la teníamos in mente. GiLDA es una notable película, una historia turbia llena de personajes ambiguos. No será la mejor del género y quizá tampoco esté en las primeras mejores. Pero sigue siendo un mito total. El guante, el erotismo que mana de muchas secuencias, la trabajada bofetada y Rita Hayworth por encima de todo. ¿Quien podía pensar en los años de su estreno que, todos estos detalles acabarían siendo imágenes tan recordadas por el cine?. Yo la sigo presenciando con estupor y la veo aún mas hermosa que antes, es fatal, triste, provocativa, fascinante y sensual...GILDA sigue siendo Rita y Rita sigue siendo GILDA....No hace falta añadir mas., tal vez solo contemplarla interpretando ”Amado mío” vale la pena, en ella Rita se hizo mito viviente con toda justicia, que recital de sensualidad, de insinuación, de picardía, que strip-tease mental, solo se quitaba el guante, pero todos en nuestra mente la desnudamos. Aquí cimentó su fama de mujer fatal que luego acentuó en otros Films, pero fue en GILDA en donde el publico la adoró para siempre. Fue aquí donde Rita, se comió a todos los demás y la hizo suya, ella se elevo por encima de todos y dejó su huella indeleble para siempre, como GILDA dejó huella en Margarita Carmen Cansino. Al margen de Rita la película es una maravilla, una demostración de cómo se hacían las cosas en el Hollywood de entonces, la fotografía, los encuadres, el extraordinario guión salpicado de diálogos memorables. Todo el ambiente en el que nos sumerge, huele a obra de arte. Juegos de palabras llenos de ingenio, lo que muestra, lo que deja entrever, es una delicia, todo encaja, nada desentona. El ritmo perfecto de la narración, la emoción y la tensión que se palpa... No me cabe la menor duda de que es un clásico, que marco una época y que dejo un recuerdo imborrable a muchas generaciones de cinéfilos. Y vuelvo otra vez a Rita, porque quiero remarcar que muy pocas actrices han tenido ese idilio con la cámara, pocas han sido tan queridas por la cámara, muy pocas han mostrado de manera tan rotunda su sensualidad a través del objetivo, tal vez Greta Garbo y Marilyn..... El amor y la pasión pueden manifestarse de formas distintas, pero existían entonces y siguen existiendo ahora, porque los sentimientos son eternos... Y también seguirá existiendo Rita, porque siempre permanecerá plasmada para gloria del cine como GILDA.

 

 

 

El actor Glenn Ford en una entrevista concedida un año antes de su fallecimiento, habló así de Rita Hayworth:

-" Rita ha sido mi mejor amiga, fué la persona que me introdujo en Hollywood y dió la cara por mí ante los productores y directores mas influyentes de la época dorada. Mi papel en GILDA se lo debo a ella en exclusividad, confió en mi desde el principio, ustedes me preguntarán por que una estrella de su magnitud se jugó tanto, no podría responderles a esa pregunta, pero yo amo y seguiré amando la enorme amistad que nos unió siempre, éramos confidentes de muchas cosas, y sobre todo tengo el privilegio de haber trabajado con una de las mujeres mas bellas del mundo, no he conocido, como decía la publicidad de GILDA, una mujer como ella, ni existió ni existirá jamás. Siempre que hablo de Rita me siento extraño, en sus últimos días cuando fuí a visitarla, aquella mujer increíble que devoraba la cámara, que enloquecía a los hombres del planeta, no era ya la misma, pero cuando me miraba, vi un brillo especial en ellos...Con eso me quedo"-





Cuando escribo sobre esta película, no dejo de pensar en Rita Hayworth, con ese seductor movimiento de caderas, masticando erotismo, cantando “Put the Blame on Mame”. Esta secuencia y no me canso de decirlo, se ha convertido en una de las más sensuales de toda la historia del cine. Glenn Ford esta magnífico, superior, enigmático, ambiguo e impecable en esta película que, con el tiempo ha ido enriqueciéndose. Sin bien es cierto que la década de los cuarenta interpretó películas mucho mejores, por ejemplo 'El sueño eterno' de Howard Hawks, 'Perdición' de Billy Wilder y 'Laura' de Otto Preminger, entre muchos otros títulos de cine negro, pero sin embargo en GILDA, el actor cobra una fuerza que nunca se volvió a ver en pantalla.

 Como curiosidad, recuerdo el impactó que causó 'Gilda' en los jóvenes de mi época, y como primera experiencia atómica de la posguerra, la bomba lanzada por los norteamericanos sobre el atolón Bikini, llevaba el nombre de Gilda, con una enorme fotografía publicitaria de la actriz.



Una vez leí a un critico de cine decir que, si se hiciera una nueva versión de GILDA, sería una de las producciones más intrascendentes y olvidables de la historia. ¿Por qué?... Pues por que si la interpretasen actrices de ahora, solamente pasaría a engrosar la enorme lista de mediocres actrices que realizan un papel de mujer fatal, no llegarían a la altura de Rita Hayworth, y seria un producto vulgar y de mal gusto. Para aquellos años realizar un film de esa naturaleza, y más aún si era mujer, era más que censurable, ya que todavía no se podía hablar de la “liberación femenina” o cosas parecidas. Faltaban todavía algunos años para que la mujer pudiese tener una actitud más atrevida, y hacerlo en aquellos años 40 fue arriesgado, pero Rita Hayworth se hizo con un espacio dentro de la historia de la cinematografía mundial gracias a su insinuante baile que hizo soñar a más de uno, y que hoy en día todavía lo siguen haciendo. Como dato curioso en un manuscrito de Sthepen King se menciona esta película y en su respectiva y aclamada adaptación del film "CADENA PERPETUA", aparece también en determinadas escenas extractos del film, con referencias indispensables. GILDA es una obra de culto de los pies a la cabeza. Y Rita Hayworth influye mucho en ello, sin ella hubiese sido otra cosa. Pero obviar lo evidente es de necios... Rita Hayworth está espectacular, se come la cámara desde el primer momento y tiene secuencias que pasarán a la historia. Todos hablan del guante, pero atención a esos recogimientos y desmelenamientos de pelo... !!Increíble!!. En GILDA, Rita tiene que jugar dos partidas de ajedrez al mismo tiempo, una con su marido, un tipo frío, dueño de un Casino, con el que ella, que está llena de pasión, se ha casado al día siguiente de conocerlo, simplemente por dar celos a su ex novio, y otra con Glenn Ford, jugador de apuestas, un buscavidas, el cual nos confiesa sus más íntimos deseos y sentimientos en una narración contada hacia atrás, muy típica de las películas de cine negro. Rita demuestra que ella va a ganar las dos partidas, a pesar de que ellos, rivales entre sí, sean aliados: se tienen admiración y un cariño mutuo desde el comienzo, se necesitan mutuamente, recodemos que el marido salvó la vida a Glenn. ¿Cuáles son las armas que utiliza Gilda?... Su melena, esa forma de bailar, de mirar, de hablar a su marido para lanzarle dardos envenenados a Glenn Ford, tumbarse vestida en la cama y decirle a su mediocre esposo que no se le da demasiado bien bajar cremalleras, lanzar ese erotismo nato de la actriz hacia un escenario repleto de hombres ávidos de sexo, con la misma frase de la cremallera, BAILAR disfrazada con antifaz en un Carnaval diciéndole a Glenn que antes él bailaba mucho mejor, interpretándose en vez de bailar, hacer el amor, comentario que obviamente irrita terriblemente a Glenn Ford, lo cual deriva en las famosísimas escenas de los bailes. Todo combinado con el hecho de que Rita, se acuesta a lo largo del film con otros tres hombres, clientes del casino, personajes cuyas vidas no interesan a nadie, pero que son parte del caldo de cultivo de la esa tremenda tensión sexual que desprende la película, y que consigue que haya hervido la sangre a muchas generaciones de espectadores.

 

 

Existe una entrevista de la CNN, en la que Rita Hayworth ya madura habla de GILDA:

-" Asumí el personaje como si fuese yo misma, estudié hasta el mas mínimo detalle de aquella endiablada mujer mirándome durante horas, ante la sala de espejos que poseo en mi Residencia, me sabía de memoria los gestos, como tenia que caer mi melena sobre el rostro, los labios entreabiertos cuando miraba fijamente a Glenn y enfundarme en una autentica devora-hombres. Si digo lo que realmente pensaba cuando preparaba el personaje, tenia el presentimiento de que pasaría en mi filmografía como una mas. Ya sabía que rodaría SALOME en aquella época, al menos estaba en los muchos proyectos que se amontonaban sobre mi despacho, y suspiraba por hacerlo, en cambio las cosas no fueron como yo imaginaba, GILDA es un film que todavía se vé y llena los cines, y en cambio SALOME que reúne todos los alicientes que gustaban tanto en aquellos años, esta muy por debajo...Creo que hay mas de mi en Gilda que en Salomé, ya lo dirá la historia del cine dentro de cuarenta o cincuenta años. No viviré para verlo, pero me sentí mas viva dentro de esa mujer que de todos los papeles que interpreté en mi carrera."-

 


En pocas palabras, el film se mantiene soberanamente bien pese al paso del tiempo, haciendo que no haya perdido ni un ápice de su encanto, sino más bien que lo ha ido adquiriendo con el paso de los años. Además cuenta con una trama dramática que nos atrapa sin remedio y la hacen realmente exquisita. Estamos delante de un producto que más que un film es un cóctel de emociones fuertes, toda una montaña rusa de la que uno no va a querer bajarse. Al margen de Rita la película es una maravilla una autentica demostración de cómo se hacían las cosas en el Hollywood de entonces, la fotografía, los encuadres, el extraordinario guión salpicado de diálogos memorables. Todo el ambiente que la rodea, en el que nos sumerge, huele a obra de arte. El ritmo perfecto de la narración, la emoción y la tensión a flor de piel. Es un clásico absoluto e irrepetible, que escribió con letras de oro en la mente de todas las generaciones de cinéfilos. Glenn Ford, recién salido de un psiquiátrico, ya bastante mayor fué invitado al Festival de Cine de San Sebastián, donde le proyectaron GILDA, y al ver a Rita le dió un ataque de llanto y su enfermera tuvo que retirarlo de la sala y sedarlo.



También la película crea una atmósfera inigualable. Puede que sean los escenarios donde transcurre la acción, pues la película sucede casi exclusivamente en un casino. Ese ambiente del juego, de la decrepitud de una sociedad que se divierte derrochando el dinero aparece plasmado perfectamente en el filme, como las brillantes escenas festivas de la celebración por el final de la segunda guerra mundial o el carnaval. Casi ninguna tiene lugar a la luz del día, sino que todas transcurren en situaciones nocturnas, añadiendo mayor intensidad al mensaje de degradación que encierra el filme. Es ya historia que GILDA fué y sigue siendo un fenómeno sociológico de masas, que envuelto en un refinado blanco y negro nos hace sentirnos orgullosos de ser grandes mitómanos.

 

EPILOGO

 

El olvido se lo llevó todo. Un agua maldita lavó sus recuerdos: una infancia triste y una celebridad trágica. Envejecida, desaliñada, ida, asustada. En algún lugar de la memoria quedó la diosa del cine, la más deseada y la más infeliz. A veces se levantaba a las cuatro de la mañana, gritaba y se perdía entre las sombras; en otras, lucía como una casa vacía y quienes la rodeaban carecían de significado Está enferma... Padece de trastornos severos de memoria. A los cincuenta y dos años, obligada a trabajar por tener muy poco dinero ya que sus maridos jamás le pagaron ninguna mensualidad, Rita debe interrumpir la filmación de "Tales that Witness Madness", una película británica de terror. No puede recordar la letra. La reemplaza Kim Novak. Es su final como actriz. Todavía no le han detectado que padece la enfermedad de Alzheimer desde fines de los años cincuenta. Creen que los síntomas son producidos por el alcohol. Los médicos demoran unos quince años en diagnosticarlo, a mediados de los años setenta. Le recomiendan un clima marítimo y frío. La ciencia médica de esos años afirma que un clima de esa clase mejora la enfermedad. Rita hace caso. Está luchando por su vida. Vive unos años al sur de Argentina. Después, regresa a su país. Está muy deteriorada. Su hija Yasmin se hace cargo de ella. Seis años después, en 1987, fallece de Alzheimer. en su departamento de la Octava Avenida en Manhattan, tenia sesenta y ocho años.



En sus últimos días temblaba, estrujaba objetos con sus manos, perdió el habla y se fue, como una gota que se vuelve a la mar. La luz de las candilejas apenas enturbió su espíritu atormentado por los recuerdos: un padre violador, un marido que la prostituyó, una industria fílmica que la vendió como detergente, su adicción al alcohol y un final ... el alzhéimer. Tenía ataques de furia y se pensaba que era demencia alcohólica.

 

  

 


LOS ACTORES NUNCA MUEREN, AHÍ ESTÁN SUS PELÍCULAS PARA TODA LA ETERNIDAD.

 

!!! QUE GRANDE ES EL CINE RITA.....QUE GRANDE !!!