ESCRIBIDME A:

 

mailto:cineparaiso2@gmail.com

 

 

 

 

 

LA REINA DE AFRICA

 

 

 

 

 

 

 

Un film del maestro John Huston

 

 

 

Afortunadamente el Séptimo Arte cuenta con una gran cantidad de géneros destinados a todo tipo de público. Y digo afortunadamente, porque las grandes obras maestras y de culto están realizadas para ser veneradas. Hay Films que han envejecido mejor que otros, y al que mezcla aventuras, dramas y comedias, podemos decir que durante aquella época grande del cine clásico, se hicieron auténticas joyas. La película LA REINA DE AFRICA es uno de los mejores referentes a lo que acabo de exponer. A principios de los 50 encontramos a cuatro personajes en Hollywood con diferentes necesidades. La providencia hará que se unan para dar vida una de las películas más míticas de la historia. Estas cuatro personas eran Sam Spiegel, John Huston, Humphrey Bogart y Katharine Hepburn. El primero, productor, buscaba un éxito con el que salir de su apurada situación económica; el director deseaba realizar una película con la que salir de la mediocridad artística; Humphrey participar en una gran producción; y Hepburn sencillamente participar en una película que no fuese un fracaso económico. Todos creían en el potencial de la película por lo que el propio Spiegel los unió. Lo que no sabían es que la novela de C. S. Forester, "The African Queen", llevaba cambiando de mano en Hollywood desde hacía años. Ninguna productora la quería. Ninguna le veía potencial. La Warner llegó a comprar los derechos pensando en Bette Davies y David Niven, pero no llego a buen puerto... Pero una vez que Spiegel vio el filón comercial a la historia de un marinero borrachín y una puritana misionera en África que descienden por el río Ulanga hasta el lago Victoria en un pequeño barco llamado "La Reina de África" para hacer volar un navío alemán con un torpedo casero durante la primera guerra mundial, convenció a los otros tres y se hizo con los derechos para llevar a cabo la película. Ambos actores estaban entusiasmados con el proyecto. Houston algo menos, ya que sólo pensaba en ir a cazar durante los descansos del rodaje. Su estilo duro e indisciplinado haría enfurecer a Hepburn en más de una ocasión. Todo comenzó con la elección de las localizaciones de rodaje. En vez de usar los cómodos estudios de Londres, Houston se decidió a ir a rodar gran parte de la película en mitad del Congo Belga a pesar de los peligros propios del entorno como los animales, las enfermedades, o el clima... y es que como ya habíamos dicho antes, quería cazar. Un viaje de miles de millas en el interior de uno de los países más salvajes del mundo intercalando aviones, barcos y automóviles. Podríamos decir que el rodaje de la película fue más épico en si que la propia película. Nada más aterrizar el avión en Stanleyville, donde iban las estrellas y parte del equipo, pocos se sorprendieron no ver allí a Houston esperándoles, ya que se acababa de ir de caza. Sólo Khatarine Hepburn se indignó y mucho con el director...Y al decir verdad y es lo que yo pienso, después de visionar casi toda su fitografía, sobre todo THE MISFITS, a Juston se le podía perdonar todo. 



Miss Hepburn empezó a ser conocida por todo el equipo, y no únicamente debido a su fama, sino a su fuerte personalidad, ya que obligó a todos los miembros del reparto a cumplir unas tajantes normas de higiene, lo que propició innumerables bromas por parte de Bogart y Houston. Todo esto no evitó que la actriz enfermase como todos los demás. Hay una escena en la que se la ve tocando el órgano, al principio de la película. Pues bien, a su lado había un cubo por si necesitaba... usarlo. Bogart y Houston se partían de risa, ya que fueron los únicos que no enfermaron durante el rodaje debido a que no probaban el agua. Únicamente se hidrataban con whisky. Esto les permitió trabajar más seriamente en el papel de Bogart. El director le estaba pidiendo al actor dar vida a un personaje que nada tenía que ver con el actor. Es un hombre de carácter débil. Ni muy inteligente, ni muy simple. Algo infantil, torpe, pero valiente. En ocasiones debía parecer cobarde e inseguro, y en otras tranquilo y decidido. A Bogart le llevó un tiempo entender a su personaje. Ni él ni su querida joven esposa, Lauren Bacall, la cual lo acompañó al rodaje, lo comprendía..... Hasta que finalmente el actor asimiló totalmente su personaje. El resultado fue uno de los Oscars más merecidos de la historia del cine. He de repartir los méritos de esta gran película. Sam Spiegel por sacarla adelante y ser el alma del proyecto; a Houston por su innegable calidad artística y su perfecto control de los personajes y la historia. A Bogart y Hepburn por hacer lo que se les daba tan bien en uno de los rodajes más duros y peligrosos de la historia; y ¿algo más? Desde luego, ya que una de las principales razones es su magnífico guión, obra de James Agee con la colaboración de John Houston y el propio Spiegel. Podríamos decir que la magia de esta cinta recae en la perfecta y radiante química de los dos actores principales. Esto se debe a lo bien definidos que están los personajes en el libreto. Charlie Allnut, un marinero cuarentón y borrachín con una personalidad algo infantil y entrañable, junto a Rose Sayer, una auténtica misionera solterona de alta cuna que acaba de perder a su hermano pero que no por ello va a perder la compostura y los buenos modales. La primera guerra mundial acaba de estallar. Alemania está en guerra con Inglaterra, por lo que Charlie convence a Rose para que se escondan con su barco hasta que todo haya pasado, aunque es esta la que le convence para fabricar un torpedo casero y volar un navío alemán en el lago Victoria. Lo más sorprendente no es esto, sino que él accede. Ya desde la primera escena somos testigos de dos personalidades completamente distintas. Mientras que a Bogart le rugen las tripas tomando el té con ella y su hermano. Ella trata de disimular, pero este no se corta : "Vaya con mis tripas, me rugen como si tuviera dentro una hiena". Pues imaginad a dos personajes tan opuestos metidos en un diminuto barco durante cientos y cientos de millas. Es una genialidad.

 



Esta es una de las mejores películas de John Huston. Después de unas pocas decepciones con su cine: "Evasión o victoria", "Casino Royale", "Dublineses", "El honor de los Prizzi", jamás habría pensado que pudiera gustarme tanto una película de este director. también merecen mención: "The Misfits", "El halcón maltés", "La noche de la iguana", "El hombre que pudo reinar", "La jungla de asfalto"...

Sobre la Reina de Africa se ha escrito mucho, su guión, el color y la química entre los actores. Sólo me queda recomendarla, porque es IMPRESCINDIBLE a los que todavía no la hayan visto. Ignoro si el cinéfilo nace o se hace pero, en cualquier caso, para serlo es necesario ver mucho cine, si puede ser desde niño, como es mi caso, mejor. El cine de aventuras constituye, en este sentido, un excelente género para foguear a cualquier tierna criaturita que consienta en recorrer como espectador los interminables y variopintos senderos del séptimo arte. Mi instinto me conmina a encauzar esa agotadora andadura de la mano de films como “Las minas del rey Salomón”, “El halcón y la flecha”, “El vuelo del fénix”, “Lawrence de Arabia” , “En busca del arca perdida” y tantas otras, pero si tuviera que elegir una, sólo una, lo tengo claro: Ninguna película de aventuras podría arrebatarle el cetro a “La reina de Africa”. Es la reina madre de todas las realizaciones de aventuras. Huston dio forma y sentido a una película que tiene todo lo que debe tener una cinta de aventuras que se precie: exteriores exóticos, buenas dosis de acción, algo de drama, algo de comedia, algo de romance y un par de actores con gran carisma. Pero lo mejor de todo es el innato talento del viejo John para contar historias. Probablemente ese prodigioso don es el que convierte a “La reina de Africa” en una obra asombrosamente emocionante, cautivadora y paradigmática. Sin rival. No voy a hablar de la inverisimilitud de esta historia que a algunos podía molestar. Cuando se rueda una cinta de aventuras la credibilidad se queda a un lado. Me quedo, con todo lo demás, con aquello que Huston supo plasmar con elegancia, incluso, con los factores que le dan a la historia, un toque extraordinario. No me cansaré jamás de repetir que las aventuras que Huston dirigió son hoy por hoy, un tesoro jamás superado. Evidentemente no me refiero al nivel técnico, donde las escenas de los rápidos pueden sonrojarnos hoy en día, sino por esa destreza en conseguir que las aventuras más descabelladas puedan pareceremos reales, en conseguir un acercamiento a la historia y creer en la posibilidad de que los protagonistas pudiéramos ser nosotros. Huston se desplazó al Congo Belga para rodar esta película que transcurría en Uganda. Con todas las incomodidades y con dos estrellas que dieron lo mejor que tenían para meterse en sus papeles. Sucios, feos, brutos y sin un ápice de estrellato. Y por eso nos lo creemos, porque olvidaron su nombre y se llenaron de selva. Los mosquitos, los rápidos, el cañaveral son situaciones rodadas con una pericia, que yo, a miles de kilómetros de aquellos ríos tramposos, no puedo dejar de inquietarme y emocionarme. Esa es la realidad con la que John Huston sabía impregnar todas sus cintas. Esto, es “La reina de África”: el dulce sabor de la aventura. Es verdad que ya no se hacen películas como aquellas. El género de aventuras como tal murió el día en, mientras el resto del mundo salía del armario, un decrépito Indiana Jones salía de la nevera.. Así que no te queda otra que darle a la rueda del tiempo y elegir cualquier década menos ésta: encontrarás una cueva de impresionantes ny valiosísimos tesoros.

En ella hay mucho donde revolver y algo que desechar, pero con "La reina de África" me quedo de calle. Humphrey Bogart y Katherine Hepburn, pareja que a priori parecen el culmen de la antiquímica, se las arreglan para convencerte de que están hechos el uno para el otro. Los dos actores se dan una perfecta réplica, pero gana por goleada la delicadeza de Katherine Hepburn al mostrar la deliciosa evolución de una solterona agriada a toda una dama de aventuras. Curioso lo de esta estupenda actriz, que nunca fue considerada una belleza, pero que sin embargo, supo envejecer en la pantalla mucho más bellamente que muchas de sus coetáneas más espectaculares. En "La reina de Africa" ya muestra los visos de lo que posteriormente seria una madurez resplandeciente. Las aventuras de ambos son divertidas, trepidantes y llenas de emoción, sabiendo llevar el ritmo entre las escenas de acción y los momentos más reposados. La historia de amor resulta encantadora y apta incluso para mayores, aunque los paisajes africanos, no envejecerán nunca.

 

La unión entre Bogart-Hepburn no se hace esperar en esta comedia romántica del continente africano. Efectivamente, estoy de acuerdo en que estas dos almas solitarias, estos dos personajes como fuera de lugar en el contexto de una historia narrada durante una guerra y situados en una fuga geográfica de la cual en realidad no tienen escapatoria sino complementarse en un amor bajo el calor de la selva y el ataque de los mosquitos, bajo la influencia Hemingway-Hustoniana. Entrañable, muy entrañable. Con un Bogart mostrándonos un personaje simpático y es por que es profundamente psicológico. Este film me recuerda al tratamiento que se les da a los personajes principales de “Un tranvía llamado deseo”, solo que con escenarios diferentes. Dos seres con deferencias abismales, caminos recorridos diferentes, pero compenetrados totalmente cuando sus caminos se cruzan en algo que parecía casi imposible. Cuando Rose le tira por la borda toda su reserva de licor a Charlie, en una actitud de mujer impositiva; pero no tan gracioso para un alcohólico como Charlie, quien demuestra que le tiene mucha tolerancia a los ímpetus de una mujer tan loca como él como lo es Rose. Lección magistral de Humphrey Bogart y Katharine Hepburn en esta genial comedia de aventuras y amor que una pintoresca pareja comparte en África. Lugar que hizo que el rodaje tuviese no menos aventura y peligros que la propia de los dos protagonistas mientras que se narraban los avatares de un viaje en barca a lo largo del río y cuyos efectos añadidos de maquetas, dobles fondos y animales salvajes hoy resultan obvios pero quedan absolutamente perdonados ante la brillantez de los diálogos y el gran final en el que desemboca el excelente guión. Bogart, que protestaba sin cesar del lugar de rodaje en el río Lualaba de Uganda en contraste con una emocionada Hepburn encantada de la selva, terminó por obtener un merecido Oscar al mejor actor, el único de su brillante carrera y John Huston logró la que probablemente es su más redonda obra maestra, con permiso de “Cayo Largo”, “El halcón maltés” o “The Misfits". Entrañables personajes a los que ya una anciana Katharine evocaba en una entrevista que le hicieron con nostalgia y dulce emoción:

- “Me pregunto en qué parte de África andarán ahora Charlie y Rose o si serán felices... Seguro que sí "-

 



John Huston utiliza la I Guerra Mundial como excusa para desarrollar una aventura de supervivencia, de superación de obstáculos, de aceptación y entrega total, transformándola en una película dinámica, llena de hermosos y exóticos paisajes naturales propios del continente africano, sin olvidarnos de los efectos especiales que recrean de maravilla esas secuencias llena de adrenalina donde la vieja embarcación que da título al film. Intensa puesta en escena de Huston que logra un filme con categoría de obra maestra y pieza de culto, a pesar de poseer un argumento sencillo. Casi toda la industria de Hollywood le dijo a Huston que a nadie le interesaría una historia sobre una pareja bajando un río de África. Todo el mundo profetizó un gran fracaso. Era 1950 y aún no había costumbre de rodar en exteriores, pero él estaba convencido de que el rodaje el localizaciones reales, remontando 1.500 kilómetros de río, era la única forma de hacer creíble su historia. Si los actores sufrían tanto como sus personajes, nadie cuestionaría la autenticidad del relato. Una de las muchas leyendas de LA REINA DE AFRICA, cuenta que Huston en realidad sólo buscaba una excusa para ir a África y cazar un elefante. Un capricho que sirvió para poner en pie una de los Films más originales de la época dorada de Hollywood. Sobre su rodaje se han escrito libros y rodado películas similares. Una realización muy dura... John Huston y su equipo pasaron nueve semanas en el Congo belga, enfrentándose a todo tipo de problemas: lluvias, invasión de un ejército de hormigas o las plagas de mosquitos. El calor y la humedad eran insoportables, por lo que parte del equipo acabó enfermando de malaria y disentería, incluida Hepburn, que rodó muchas de sus escenas ocultando los temblores que le producía la fiebre.


Al contrario de otros clásicos que han sido reivindicados a lo largo de los años, 'La reina de África' contó desde el primer momento con el favor de crítica y público. Dicen que a veces las condiciones más duras traen los mejores resultados, así que, agárrense fuerte y dispónganse a viajar con dos leyendas del cine por el corazón de la selva africana. Una combinación de humor, romance y acción que la hace irresistible, aunque también hay que confesar, que su final no es santo de mi devoción. Pero atesora un prodigio de maestría narrativa con inconfundibles tintes Houstonianos, que ensalzan el film como una de las más sencillamente apoteósicas y humanas odiseas en la historia del séptimo arte... Vemos como poco a poco dos almas solitarias y en principio bastante alejadas la una de la otra, como se van aproximándose a un punto totalmente opuesto a lo que parecía un matrimonio pre-mortem. Creo con total sinceridad, que se trata de una de esas películas sin las cuales no comprenderíamos en su totalidad la historia del cine:

IMPRESCINDIBLE.

 

 

Existen películas que trascienden mucho más allá del entretenimiento o del arte. Pueden llegar a enamorar, a hacerte cambiar, a convertirse en algo que llevarás dentro del corazón toda tu vida. La reina de África lo ha sido para mí. En los días de mi adolescencia cuando descubría películas clásicas, cada semana desarrollé una predilección especial por muchos actores y actrices, como es el caso de: Katharine Hepburn y Humphrey Bogart. Ella siempre me pareció divertida e independiente, tan distendida y locuaz como enamoradiza y reservada. Él era Bogart.... El caballero con rostro de dolerle el estomago, el aventurero, el tipo duro de cigarro, gabardina raída y sombrero con muescas perennes en el alma. Y en una de aquellos días y noches de viejo cine Doré, tuvieron que juntarse ambos a priori tan distintos para irse enamorando a bordo de una barca oxidada que él manejaba entre rápidos, sanguijuelas y fuego enemigo mientras Kathy se iba deshaciendo lentamente de su disfraz de beata abrazando la carne de aquel aventurero que supo a su manera protegerla y desnudarla. La química era extraordinaria e hizo una marca en mi corazón joven, en aquellos años donde todo era búsqueda y aprendizaje. Desde aquel primer visionado La Reina de África, al igual que otros inolvidables y amados títulos, se convirtió es una película estándar en mi biblioteca, o en mi disco duro de futuro cinéfilo. Mi barca acababa de zampar e iba a resultar muy difícil conseguir detenerla. Han pasado muchos años, y todavía estoy franqueando los rápidos.

Film de culto... geniales interpretaciones y una profundidad psicológica inusual.

Bogart jamás me cayó simpático... y no puedo decir el por qué...salvo en esta cinta. Sin duda su mejor interpretación, curiosamente en el papel más alejado de su registro: traficante, borrachín, sucio, desaliñado, pasota y desapegado de cualquier lazo afectivo con el mundo. Hepburn, memorable, manteniendo su orgullo y las formas de solterona bien educada a pesar de que el suelo se va hundiendo a su alrededor... previo a soltarse la melena y desafiar al ejercito nazi al completo. Y como inexplicablemente este dúo, aparentemente incompatible e irreconciliable, acaban enlazando una de las historias de amor mejor contadas a golpe de disparos, rápidos, tormentas, penurias varias y siempre con el sonido de fondo del motor de la Reina de África.

No creo que haya muchas películas capaces de gustar a diferentes públicos y a diferentes edades, pero esta sin duda es una de ellas:

-" Si no lo has visto ¿A qué estas esperando?-"-

 

El cine de John Huston siempre tiene el aroma de locas aventuras, a detectives de noches oscuras… y a perdedores, cuya derrota les sirve para auto-descubrirse, convirtiéndose entonces en un triunfo. Y en el primer terreno, uno de sus mayores éxitos de “LA REINA DE ÁFRICA”, es la travesía con guión de Huston y de James Agee en la que dos seres, descubren que en realidad los une las cosas más esenciales. El destino se confabula para ponerlos en una barcaza con rumbo a una isla donde puedan huir de las atrocidades nazis que, para empezar, acaban de destruir la aldea donde Rose era misionera, e indirectamente, causaron la muerte de su hermano. Charlie Allnutt surge entonces como ángel salvador que sacará a Rosie de aquella trampa, donde él pudo disfrutar de sus atenciones gastronómicas, un día en que se moria de hambre. Lo que a mi me llega muy hondamente, es el magnífico cuadro que logra Huston de la relación de pareja. Que los opuestos se atraen, que aunque a una mujer la miramos primero por su belleza, es su fuerza interior lo que realmente enamora. Que cuando dos seres, animados por una idea común crean sinergia, sus lazos hacen trenza y los vientos soplan fuerte hasta conseguir que despierte el amor, y que el nuevo lazo sea entonces una viga casi irrompible…Actitudes del más dulce romanticismo, reacciones de regreso a épocas no quemadas, y demostraciones de una fortaleza que sólo puede inspirar el amor, se entremezclan, equilibradamente, en una encantadora aventura. Quien pueda prescindir sin objeciones de sus, poco elaborados efectos visuales y especiales, cosa que para Huston fue siempre secundario y prefiera, como yo, la interioridad y la construcción de personajes con un claro y profundo sentido de la vida, tendrá aquí una historia de gran pulcritud y de belleza palpitante. Uno no puede ir diciendo por ahí que le encanta el cine de aventuras sin haber visto esta fábula del género, John Huston demuestra de nuevo que es uno de los mejores directores de su época. Me quedo con la escena en la que Bogart imita a los hipopótamos, demuestra otra virtud, su papel de villano, aunque tampoco es una sorpresa conociendo sus otras interpretaciones.


El cazador Huston es un narrador excelente dotado de un insuperable sentido del ritmo. Así, en poco más de hora y media hace que la pareja protagonista sea disparada, tragada por los rápidos y por la selva, devorada por los mosquitos e incluso ensogada, sin que en ningún momento tenga el espectador sensación de amontonamiento. Y entre toda esa acción aún le queda tiempo para desarrollar una entrañable historia de amor entre los dos personajes más antagónicos que imaginarse pueda. Como no hay dos sin tres, los enamorados imposibles se ven acompañados en su crucero fluvial por el murmullo sórdido de la selva. Éste se torna un protagonista más desde los mismos créditos iniciales, a los que acompaña en solitario hasta enlazar con el berrinche nativo que los hermanos metodistas quieren himno, en preludio de la impagable entrada en escena de Humphrey Bogart. En fin, hay quien se va de safari y trae una fractura. Huston, por su parte, se trajo "La Reina de África". El estilo de John Huston es inconfundible: un gran director que mereció una nominación al Oscar por esta película. En conclusión, es para mí una de las mejores films que he visto en mi vida. Todo, en los 106 minutos que dura, es perfecto. Permítanme recordarles que Bogart hizo la mejor interpretación de su vida como actor, mucho mas que en "Casablanca" y "El Halcón Maltés". Ha llovido mucho desde 1951, y parece mentira que una película de un género tan ambicioso cómo es el de "aventuras" tenga ya tantos años. Habrá cinéfilos que puedan apreciar esta película y otros que no. Pero como ya he dicho, ha llovido mucho, y los "efectos especiales" de esta película no existen, como debe ser, pero claro estamos en el siglo XXI y ahora se hace cositas como Avatar. Pero esto no influye en mí y en mi forma de valorar el film. Si, quizás para algunas personas el argumento es esencial como la propia "Reina de África", pero quiero recordarles que no estamos viendo "Testigo de cargo". No queráis un guión ingenioso con grandes discursos. En una película de aventuras, la verosimilitud de la historia pierde peso, y nuestra atención se centra en otros puntos. Huston consigue un trabajo revolucionario para la época, y admirable para nuestros tiempos. pero amigos míos, no estamos hablando de un director al uso.... Es el gran John Huston.



El guión es mordaz, punzante, en medio de una homérica aventura hacia lo desconocido, David contra Goliath, en medio de la Gran Guerra, donde se tocan temas como las injusticias, la opresión, la venganza, la comprensión, la frustración, la supervivencia, todo con ritmo fluido, donde las situaciones manan con gran naturalidad, donde los protagonistas evolucionan inteligentemente, enmarcada la narración en un entorno que se convierte en un protagonista más, la Salvaje Selva y el Río. El guión no juzga, ni pretende moralizar sobre el colonialismo, no ahonda en conceptos religiosos, ni resulta un folleto patriotero, en realidad es un concepto minimalista casi teatral en el que dos personajes en situación límite se completan hasta el amor y la comprensión. La puesta en escena es de tremendo realismo, fruto de la utilización de escenarios naturales, con una vibrante dirección artística de Wifred Singleton, aprovechando al máximo unos lares espectaculares, con imágenes de animales salvajes, selva, escalofriantes rápidos, unos agobiantes manglares, extraordinariamente fotografiados por Jack Cardiff, en radiante technicolor, con unas cámaras grandes complicadas de manejar, emitiendo aventura, energía, un cromatismo apabullante de tonos cálidos, hace que la lluvia nos cale, que nos salpique el agua del río, embellecidos los parajes los sonidos incidentales creados por Allan Gray, con audios de ambientes selváticos de animales, y el río, con una exuberante música durante los créditos iníciales interpretados por la Royal Philharmonic Orchestra, todo esto dinamizado por el montaje de Ralph Kemplen, que hace que las escenas de acción se vivan con magnetismo. Los efectos especiales son creados por Cliff Richardson, hay que juzgarlos en el contexto de cuando se hicieron, hoy en día resultan un tanto anticuados, pero en su tiempo fueron muy avanzados traspasando adrenalina, haciéndonos a la idea de la fragilidad de la barcaza en un medio que la podría destrozar... el tiroteo alemán desde el fuerte, son prueba del buen hacer de este elemento, aunque como ya he dicho hoy resulten cándidos en sus maquetas de la barcaza, o la pantalla de fondo.

 


Para el American Film Institute, esta película ocupa el ranking número 17 dentro de las 100 mejores del siglo. Para hacer esta clasificación, hicieron un recuento de todas las películas sin clasificarlas por género. Sin embargo, si me permitiera el sueño de ser uno del jurado, la habría colocado sin dudar, por debajo de Lawrence de Arabia como la mejor segunda película de aventuras. La reina de Africa me tomó por sorpresa en mis años jóvenes y ella fué la causante, con ayuda de mi padre de decidirme poco a poco "comerme" los mejores Films. Las joyas están para ser vistas, lucidas y comparadas. Esta me dejó con la boca abierta y esos deseos incontenibles de decir: !! QUE GRANDE ES EL CINE !!. no me cansaré de repetir, y disculpen que, esta historia de amor entre dos personajes totalmente distintos y fracasados en el año 1914: Con una estirada, aséptica, solterona por la inigualable Katharine Hepburn al lado de un marinero borracho, descuidado y canadiense.

-"".El Oscar a Humphrey fue con toda justicia bien merecido ""-

No deseo contaros mas, solo véanla con las mismas energías con que yo la llevo en mi corazón.